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El proceso de la destitución del Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro Urrego.


Tal parece que es tanto la necesidad de destituir al alcalde mayor de Bogotá, en cumplimiento de  la ley, que desde que el Consejo del Estado negara los 23 tutelas a favor del Alcalde, al procurador no le queda más que buscar las últimas instancias como el hecho de enviar una carta al Presidente de la República y organizar una reunión (este viernes) con el mandatario para estudiar las medidas interpuestas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La carta del Procurador al Presidente de la República: “De conformidad con lo establecido en el artículo 44 del decreto ley 1421 de 1993 y en el numeral 1 del artículo 172 del Código Disciplinario  proceda a ejecutar la sanción disciplinaria” interpuesta contra el alcalde de Bogotá.”)  Aunque la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también le da las medidas cautelares a favor del alcalde pidiéndole al gobierno colombiano “suspender inmediatamente” este proceso.

Es de esperarse que, en plena campaña electoral del actual presidente y su reelección, quizás haga caso omiso a las declaraciones de las instituciones internacionales, así, como el mismo alcalde Gustavo Petro a través de medios de comunicación se ha pronunciado sobre la protección de los mandatarios distritales con nuevas reformar. Aunque, el mandatario distrital también admite que sería un error político el no acatar las medidas cautelares otorgada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

Recordemos que la ley es para todo, pero al mismo tiempo, ¿sí estamos de acuerdo en que un mandatario tan importante como el Alcalde Mayor de Bogotá, considerado el cargo más importante después de la presidencia, electo por los votos populares, sea destituido?, ¿hace falta las nuevas reformas que no siembre incertidumbres a la hora de gobernar y generar desorden legales y en administraciones?,  o es ¿complot político? O simplemente es la mala administración del Alcalde de Bogotá, desde las reformas del manejo de las basuras y se interpreta como asuntos políticos por el contexto electoral que está viviendo el país. Lo que si es cierto, es que y no cabe la duda, es que desde que comenzó el proceso de la destitución, se ha sembrado ese incertidumbre en la población capitalina, los problemas de las administraciones se ha incrementado, en la movilidad, el movimiento de las personas a favor en contra de la destitución del alcalde Mayor de Bogotá y hace pensar si de esta forma, ¿se puede hacer una buena administración.
¿Cree que el Gobierno Nacional debe acatar medidas cautelares a favor de Alcalde Petro? Desde luego. El derecho internacional es garantista y progresista. La globalización no es ya meramente un asunto de mercadeo, también es cultural y político, es por ello que Colombia a través de los tratados internacionales suscritos se conforma en un estado miembro y por ende garantista de la protección de los derechos humanos. Si Colombia desconoce las recomendaciones de la CIDH es un país sancionado y las repercusiones son altamente lesivas, no podemos seguir con la conducta de desconocimiento de los tratados internacionales como acontecían con la sentencia de la corte.

El análisis es muy sencillo: al presidente santos le conviene acatar la solicitud de la CIDH y no destituir a Petro porque así se garantiza  los votos d todo aquello que va con el Alcalde  y de la mayoría de sectores de la izquierda en referencia a la reelección y a Petro lo fortalece políticamente proyectando lo que sería el panorama político para el 2018 en donde el sería la primera opción para la presidencia, donde si las cosas encajan ya estaría firmada la paz y algunos de los negociadores actuales de la habana tendrían curul en el congreso de La Haya, para evitar ser denunciado ante un organismo internacional simplemente debemos de ser justos, equitativos, progresistas y significadores en nuestras decisiones.
 
FUENTE:
Elespectador


RCNRadio


Semana.com