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EL CARÁCTER DE “MÁS HUMANIDAD” EN TÉRMINOS DE SEGURIDAD EN LAS REFORMAS A LA CARRERA SÉPTIMA. (Salida de Campo I)


Tomada por Camilo Andrade, integrante del presente grupo.
Objetivos.

Objetivo general:

Describir las reformas en pro de la seguridad realizadas en la carrera séptima entre la calle 11 y la 13, para concluir en qué medida es posible denominarla como la zona “más humana” de Bogotá.

Objetivos específicos:

· Identificar y categorizar las reformas que se encuentran dirigidas al mejoramiento de la seguridad en la carrera séptima entre las calles 11 y 13.

· Describir en qué sentido se direccionan las reformas realizadas a propósito de la seguridad en la carrera séptima entre las calles 11 y 13.

· Definir en qué medida puede catalogarse la carrera séptima como “la zona más humana” de Bogotá.


Análisis.

La observación documentada a lo largo del presente informe arroja resultados significativos a propósito de la seguridad en esta zona específica del centro de la ciudad (Carrera 7ma entre las calles 11 y 13) debido a que, a pesar de los factores de sesgo, como la hora, fue posible dar cuenta de los elementos que interesaban a la pregunta problemática de la presente salida de campo.

Iniciando por la parte infraestructural, el centro de las reformas se concentra alrededor de las adecuaciones que se están realizando en las vías a lo largo de la calle 12 y 13; paralelo a la anterior son evidentes las mejoras realizadas en el alumbrado en la calle 11, observables a través de su estado y funcionamiento pues, se aprecia un aumento en la potencialidad y la calidad de las luces. 

Tomada por Camilo Andrade, integrante del presente grupo.
Seguidamente, el aumento en el número de policías en la zona es producto de las obras realizadas en la vía, además de la presencia de la estación de TransMilenio; sin embargo, cabe resaltar que su figura varía según la hora pues, una vez entra en funcionamiento la estación Museo del Oro se hace mayor el número de transeúntes, generando la necesidad de que haya una mayor disponibilidad de agentes de seguridad para controlar, vigilar o neutralizar, entre otras cosas, las situaciones que requieran de su intervención. Paralelamente, el número de habitantes de calle, vendedores informales, artistas callejeros y vigilantes privados varía según la calle, así, aunque unos dependen de las calles más transitadas (como la 13 y la 12) a saber: vendedores informales, artistas callejeros y habitantes de calle, los últimos (vigilantes) cambian según el tipo de establecimiento.

Finalmente, la interacción de los individuos mencionados con anterioridad depende no sólo de la calle y de la hora sino también de la dimensión del espacio con el que cuenta la zona; es decir, los comportamientos tienden al rechazo y la negatividad en tanto el espacio de la calle disminuye, como resultado de las obras, y entonces los individuos se movilizan con mayor velocidad y se detienen menos a interactuar entre ellos. De esta manera, la mayoría de las reacciones de amabilidad se expresaron en la calle 11 y, en contraposición, en el resultado de las calles 12 y 13 primó el rechazo y el desinterés.

Ahora pues, al cruzar las categorías y las variables, se encuentra que son, en su mayoría, ellas mismas las causas de los resultados en otros escenarios, lo que implica que existe una estrecha relación entre el estado de la infraestructura con la cantidad de individuos presentes, finalizando en la determinación del tipo de relación que se establece entre estos últimos. 

Así, el estado actual de la calle 12 y 13 (en construcción) aumenta el número de agentes de seguridad, tanto públicos como privados; sin embargo, al llevarse a cabo en una de las calles con mayor flujo de transeúntes, interactúan con la presencia de los habitantes de calle, vendedores informales y artistas callejeros, los cuales empiezan a disminuir al acercarse a la calle 11. En consecuencia, la tensión del espacio y la cantidad de individuos, resultará en el cambio de las interacciones hacia unas de carácter negativo; no obstante, al llegar a la calle 11 el panorama se hace más “tranquilo” y, como consecuencia de esta distención –la cual puede o no estar ligada a la disminución en el número de habitantes de calle, vendedores informales y artistas callejeros- las interacciones se harán más laxas y manifestarán amabilidad.

Es pertinente aclarar que las únicas variables a tener en cuenta no son las ya enunciadas. La hora y el día de la semana juegan un papel muy importante en la descripción de las situaciones y los comportamientos pues, si bien la infraestructura no se modificará de acuerdo a la hora y el día al pasar las 4.30 o 5.00 de la tarde, el número de personas se hace mayor y en consecuencia también aumenta el número de policías y vigilantes privados. Paradójicamente, el número de vendedores y artistas callejeros disminuye, pero se incrementa la cantidad de habitantes de calle. Esto demuestra que al haber realizado el ejercicio de observación, casi en su totalidad, en las horas de la mañana y la temprana tarde, no fue posible capturar el total de los comportamientos y de las variaciones de las categorías, lo cual no permite realizar una aseveración final de orden general. 


Conclusiones.

El mes anterior el acalde mayor Gustavo Petro afirmó que se iniciarían las adecuaciones para hacer de la carrera 7ma la zona más humana de Bogotá; sin embargo, a propósito de esta afirmación resultó pertinente no sólo describir cuáles son y en qué estado se encuentran dichas adecuaciones sino también la repercusión que tienen en la cotidianidad de la ciudad y de los habitantes o transeúntes de dicho sector.

Tomada por Camilo Andrade, integrante del presente grupo.
Si bien no es posible hablar de la carrera 7ma en términos generales, en el espacio comprendido entre la carrera 11 y 13 ya se adelanta la realización de las reformas, no obstante estas últimas se remiten al campo infraestructural, adecuando las vías y la red de alumbrados, además de cambios de orden privado por parte de los establecimientos al aumentar el número de vigilantes y de disposiciones físicas como rejas o cámaras para garantizar la seguridad de los visitantes. En consecuencia, el número de policías se incrementa en comparación pero, de igual forma, lo hacen los habitantes de calle, los vendedores informales y los artistas callejeros.

Ahora pues, el desarrollo de los cambios contemplados para cumplir el objetivo en materia de seguridad en dicha zona, es un proceso que inicia por la adecuación de los espacios físicos y se termina por manifestar en las interacciones de los individuos que convivirán en tal espacio, así que la situación actual de la infraestructura ya implica una aproximación a la afirmación del alcalde mayor; no obstante, en este momento en específico sólo es posible hablar de “calle humana” en la zona correspondiente a la carrera 7ma con calle 11 pues, una vez completada la obra se propician, los elementos básicos para el desarrollo de la seguridad.

Finalmente, si bien hablar de la “zona más humana” en términos de seguridad implica referirse al espacio y los agentes que intervienen, en este momento no es posible definir el sector como óptimo en materia de esta coyuntura; sin embargo, es posible afirmar que el proceso que se está siguiendo para dar vida a dicha afirmación avanza hacia cumplir su objetivo, pues está haciendo real las reformas y muestra desde ahora un posible resultado con la calle 11. Así la 7ma entre la 11 y la 13 no es la zona más humana pero se proyecta a serlo.